Los verbos atributivos son aquellos que se utilizan para atribuir o calificar características a un sustantivo o pronombre dentro de una oración.
Estos verbos actúan como predicados nominales, es decir, funcionan como un nexo entre el sujeto y el atributo que se le asigna.
En lugar de expresar una acción o proceso, los verbos atributivos describen cualidades o estados del sujeto.
En este artículo, exploraremos una variedad de ejemplos de verbos atributivos para comprender mejor su función y uso en el idioma.
Ejemplos de verbos atributivos
- Ser: Él es inteligente.
- Estar: Ella está cansada.
- Parecer: El cuadro parece antiguo.
- Sentirse: Me siento feliz.
- Permanecer: El libro permanece abierto.
- Tener: Tienes razón.
- Resultar: La película resultó aburrida.
- Llamarse: Él se llama Juan.
- Quedarse: Se quedó dormido.
- Convertirse: Se convirtió en doctor.
- Mantenerse: El clima se mantiene agradable.
- Volverse: Se volvió loco.
- Permanecer: El edificio permanece en pie.
- Aparecer: El sol apareció brillante.
- Quedar: La camisa queda pequeña.
- Evolucionar: La tecnología evoluciona rápidamente.
- Semejar: El bosque se asemeja a un cuento de hadas.
- Sonar: La música suena suave.
- Resultar: La receta resultó deliciosa.
- Sentir: Me siento triste.
Conclusión
Los verbos atributivos desempeñan un papel crucial al describir características, cualidades o estados de los sustantivos en una oración.
Estos verbos no expresan acciones sino que enlazan al sujeto con la información atribuida. Al conocer y utilizar una amplia variedad de verbos atributivos, podemos enriquecer nuestra comunicación y expresar con precisión las características y estados de los elementos que describimos. Su uso adecuado es esencial para lograr una redacción clara y efectiva en el idioma.