Las sustancias corrosivas son compuestos químicos capaces de provocar daños destructivos en materiales y tejidos debido a su reactividad química agresiva.
Estas sustancias tienen la capacidad de corroer, erosionar o desgastar diversos materiales, como metales, piedra, madera, plásticos y tejidos vivos, presentando un alto riesgo para la salud y el medio ambiente.
Ejemplos de sustancias corrosivas
- Ácido clorhídrico (HCl)
- Ácido sulfúrico (H2SO4)
- Ácido nítrico (HNO3)
- Hidróxido de sodio (NaOH)
- Hidróxido de potasio (KOH)
- Amoníaco (NH3)
- Soda cáustica (Na2CO3)
- Peróxido de hidrógeno (H2O2)
- Ácido acético (CH3COOH)
- Ácido fluorhídrico (HF)
- Ácido fosfórico (H3PO4)
- Cloruro férrico (FeCl3)
- Ácido sulfámico (H3NSO3)
- Nitrato de plata (AgNO3)
- Hipoclorito de sodio (NaClO)
- Fluoruro de hidrógeno (HF)
- Ácido cítrico (C6H8O7)
- Sulfato de cobre (CuSO4)
- Nitrato de plomo (Pb(NO3)2)
- Cloruro de zinc (ZnCl2)
Conclusión
Las sustancias corrosivas son agentes químicos altamente peligrosos que pueden causar daños irreversibles en materiales y seres vivos.
Es fundamental tomar precauciones adecuadas al manejar estas sustancias y almacenarlas de manera segura para evitar accidentes y minimizar su impacto negativo en la salud humana y el medio ambiente.
La conciencia sobre los riesgos que conllevan estas sustancias y la adopción de prácticas de manejo seguro son vitales para garantizar la seguridad y preservar nuestro entorno.