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Ejemplos de laísmo

El laísmo es considerado un error gramatical donde los pronombres personales femeninos “la” o “las” se emplean como objeto directo en una oración cuando el correcto es “le” o “les”. La Real Academia Española (RAE) designa al laísmo como un “vulgarismo” condenado hace más de 3 décadas.

¿Qué es?

El laísmo es un error de la lengua donde se hace mal uso de los pronombres átonos “la” y “las”. Ocurre cuando es inapropiado usarlos como complementos directos en una oración, siendo correcto emplearlos como complementos indirectos.

Los pronombres personales átonos como “la, las, los, le” son usados como complemento directo o indirecto, tanto en la lengua hablada como la escrita, ya que sugieren significado y coherencia para las acciones verbales.

Para evitar caer en un laísmo es importante conocer cómo emplear correctamente los pronombres “la” o “las”, además, se debe tener en cuenta la función que cumple (para qué sirve, cuándo emplearlo), el género (masculino o femenino) y el número gramatical (plural o singular).

De este modo, debe usarse la, las (singular, plural) para femenino y lo, los (singular, plural) para masculino en el caso de los pronombres en tercera persona que funcionan como complementos directos. Por su parte, le, les con independencia del género de la palabra, serían el complemento indirecto correcto.

Ejemplos de laísmo

  • Laísmo: La advertí que tuviese más cuidado. Correcto: Le advertí que tuviese más cuidado.
  • Laísmo: ¡Las compre muchos regalos niñas! Correcto: ¡Les compre muchos regalos niñas!
  • Laísmo: La profesora la dijo que tenía que estudiar más. Correcto: La profesora le dijo que tenía que estudiar más.
  • Laísmo: Dila que venga a verme. Correcto: Dile que venga a verme.
  • Laísmo: Nadie la prestaba atención. Correcto: Nadie le prestaba atención.
  • Laísmo: Las dije que se callaran. Correcto: Les dije que se callaran.
  • Laísmo: La pegas a la pelota con el bate. Correcto: Le pegas a la pelota con el bate.