El organismo de un ser vivo tiende a buscar la estabilidad emocional por medio de reacciones que son generadas gracias a estímulos. Tales reacciones pueden causar una respuesta fisiológica o patológica como lo es la irritabilidad.
¿Qué es?
Se puede definir irritabilidad, como la condición que posee todo ser vivo de reaccionar ante estímulos que alteren su bienestar.
Usualmente el término irritabilidad se usa para referirse a una persona con mal humor, pero la verdad es que es una definición que se aplica a un tipo de reacción encontrada en todos los seres vivos, considerada como una clase de homeostasis (tendencia de los organismos vivos a adaptarse a nuevas condiciones manteniendo un equilibrio a pesar del cambio).
Los estímulos que desencadenan una respuesta pueden ser internos o externos. Los internos son los ocurridos dentro del organismo, como en el caso del hambre o la sed, y los externos, provienen del medio ambiente, como la temperatura, la luz, composición del suelo, entre otros.
De tal forma, la irritabilidad se convierte en algo positivo cuando el organismo trata de adaptarse a los cambios o poner la vida en resguardo. Del mismo modo, puede resultar negativo en el caso de una alteración psicológica o durante una reacción alérgica como las sufridas por la piel ante una sustancia química.
Ejemplos de irritabilidad
- El dolor de cabeza que se genera cuando el cuerpo pasa un tiempo prolongado sin recibir alimento.
- El cambio que realizan las plantas en cuanto a la dirección de los tallos para encontrar luz solar.
- El reflejo que tiene una persona al cubrirse el rostro cuando presencia una explosión.
- La reacción de correr en situaciones de peligro.
- El enrojecimiento de la piel al contacto con un producto químico abrasivo.
- El cerrar los ojos cuando se tiene una súbita sensación de invasión en el campo visual.
- La reacción rápida de quitar la mano al tener contacto con un objeto caliente.
- El temblor del cuerpo cuando está expuesto a muy bajas temperaturas.