La cohesión textual es un elemento fundamental en la redacción y composición de textos que permite mantener la claridad y fluidez en la comunicación escrita.
Se refiere a la manera en que las palabras, frases y oraciones se relacionan entre sí para formar un todo coherente y comprensible.
Esta cohesión no es una coincidencia, sino el resultado de estrategias lingüísticas deliberadas que enlazan las ideas de manera fluida y natural.
Definiendo la cohesión textual
La cohesión textual es el pegamento invisible que mantiene unido un texto. Cuando un escritor logra una buena cohesión, el lector puede seguir el flujo de las ideas sin esfuerzo y entender el mensaje con claridad.
Esto se logra mediante una serie de estrategias que van más allá de la simple gramática y la estructura de las oraciones. La cohesión textual implica:
- Conexiones Léxicas: El uso de palabras y frases que están relacionadas en términos de significado. Esto incluye sinónimos, antónimos, hiperónimos e hipónimos. Por ejemplo, en una frase como «El gato cazó un ratón», «gato» y «ratón» están relacionados léxicamente ya que uno es el depredador y el otro es la presa.
- Referencia: La utilización de pronombres, demostrativos u otras palabras que hacen referencia a elementos previamente mencionados en el texto. Por ejemplo, «María compró un coche nuevo. Ella lo condujo toda la tarde.» En este caso, «ella» se refiere a «María», y «lo» se refiere al «coche nuevo».
- Conectores y Marcadores: El uso de palabras o frases que indican relaciones lógicas entre ideas, como «por lo tanto», «por otro lado», «además» o «en resumen». Estos conectores ayudan a los lectores a seguir el flujo de pensamiento del autor y entender cómo se relacionan las diferentes partes del texto.
- Repetición Controlada: La repetición de palabras o frases clave para enfatizar puntos importantes o mantener un tema presente en la mente del lector. Sin embargo, esta repetición debe ser controlada y no excesiva para evitar la redundancia.
- Paralelismo: La estructuración de las oraciones y párrafos de manera que sigan un patrón similar. Esto facilita la lectura y la comprensión, ya que el lector sabe qué esperar. Por ejemplo, «Ella disfruta nadando en el mar, corriendo en la playa y tomando el sol en la arena» muestra un claro paralelismo en la estructura de la frase.
Ahora que hemos establecido qué es la cohesión textual, profundicemos en algunos ejemplos concretos de cómo se aplica en la escritura cotidiana.
Ejemplos de cohesión textual en la práctica
1. Cohesión Lexical
La cohesión léxica se refiere a la relación entre palabras y frases basadas en su significado. Veamos un ejemplo:
Texto sin cohesión léxica: «Pedro se fue de viaje. Llevó consigo su coche, que era rojo. Comió en un restaurante italiano.»
Texto con cohesión léxica: «Pedro se fue de viaje con su coche rojo y disfrutó de una deliciosa comida en un restaurante italiano.»
En el segundo ejemplo, la cohesión léxica se logra al relacionar «coche» con «rojo» y «restaurante» con «italiano». Esto hace que el texto sea más fluido y fácil de entender.
2. Referencia
La referencia implica el uso de pronombres o palabras que señalan hacia algo mencionado previamente en el texto. Aquí hay un ejemplo:
Texto sin referencia: «María estaba emocionada por su nuevo trabajo. El trabajo requirió mucho esfuerzo. El trabajo le dio muchas satisfacciones.»
Texto con referencia: «María estaba emocionada por su nuevo trabajo. Este requirió mucho esfuerzo, pero también le dio muchas satisfacciones.»
En el segundo ejemplo, el uso de «este» como pronombre hace que el texto sea más claro, ya que se refiere directamente al «nuevo trabajo» mencionado previamente.
3. Conectores y Marcadores
Los conectores y marcadores son palabras o frases que indican relaciones lógicas entre las ideas. Aquí hay un ejemplo:
Texto sin conectores: «Hacer ejercicio es importante. Ayuda a mantenerse en forma. También mejora la salud mental.»
Texto con conectores: «Hacer ejercicio es importante porque ayuda a mantenerse en forma y mejora la salud mental.»
En el segundo ejemplo, el uso de «porque» como conector establece una relación causal entre las ideas, lo que facilita la comprensión de por qué el ejercicio es importante.
4. Repetición Controlada
La repetición controlada implica volver a utilizar palabras o frases clave de manera estratégica. Veamos un ejemplo:
Texto sin repetición controlada: «El libro de historia es largo. El libro de matemáticas es largo. El libro de ciencias es largo.»
Texto con repetición controlada: «El libro de historia, matemáticas y ciencias son largos.»
En el segundo ejemplo, se evita la repetición innecesaria de «es largo» al combinar las tres ideas en una sola frase.
5. Paralelismo
El paralelismo se refiere a la estructuración de las oraciones o párrafos de manera que sigan un patrón similar. Aquí tienes un ejemplo:
Texto sin paralelismo: «María disfruta nadando en el mar, leer libros y toma el sol en la arena.»
Texto con paralelismo: «María disfruta nadando en el mar, leyendo libros y tomando el sol en la arena.»
En el segundo ejemplo, todas las actividades siguen la misma estructura verbal, lo que hace que el texto sea más coherente y fácil de seguir.
Conclusion
La cohesión textual es esencial para la comunicación efectiva en la escritura. Los ejemplos anteriores ilustran cómo las estrategias de cohesión léxica, referencia, conectores, repetición controlada y paralelismo pueden mejorar la claridad y la comprensión en un texto.
Al dominar estas técnicas, los escritores pueden crear textos más coherentes y atractivos que mantengan a los lectores comprometidos desde la primera palabra hasta la última.
La cohesión textual es la clave para tejer las palabras en un tapiz de significado que haga que la escritura cobre vida y resuene en la mente del lector.