La codicia es el deseo de tener más de algo de lo que se necesita. En «Cuento de Navidad» de Dickens aprendimos que la avaricia es algo malo y que ser tacaño con el dinero o las posesiones no es bueno. La avaricia no sólo tiene que ver con el dinero. Considera estos ejemplos de avaricia.
Codicia en el mundo real
Desgraciadamente, en el mundo actual existen muchos ejemplos de avaricia, como por ejemplo:
- Bancos deshonestos que dan a la gente hipotecas sabiendo que ellos no podrán pagar y así ganar dinero al ejecutar la hipoteca de la casa.
- Compañías de tarjetas de crédito deshonestas que establecen un sistema de cambio de fechas de pago sin hacerlo evidente a los clientes para fomentar los impagos y así poder cobrar tipos de interés muy altos.
- Empresas deshonestas que aceptan rescates del gobierno y luego dan bonificaciones multimillonarias a los ejecutivos que llevaron la empresa a la ruina.
- Personas deshonestas como Bernie Madoff, que crearon esquemas piramidales
para robar el dinero de los inversores. - Bancos deshonestos que crearon un esquema para cobrar primero los cheques más grandes, de modo que la gente rebota muchos cheques más pequeños y, como resultado, está sujeta a grandes comisiones de penalización por cheque.
Estos son algunos ejemplos del mundo real de empresas e individuos codiciosos que ponen su propio deseo de riqueza y posesiones por delante de las necesidades de los demás.
Otros ejemplos de codicia
La codicia a menudo tiene que ver con el deseo de tener mucho dinero o riqueza material, pero no necesariamente se relaciona sólo con el dinero.
Cada vez que alguien quiere más de lo que le corresponde o tiene un fuerte deseo de acumular algo, especialmente a expensas de los demás o si sólo hay mucho para repartir, esto puede considerarse un ejemplo de codicia.
Algunos ejemplos de avaricia que no incluyen el dinero son:
- Una persona que se lleva todas las galletas de la casa para sí misma, sin compartirlas aunque sepa que otros querrán algunas.
- Una persona en el trabajo que se atribuye el mérito del trabajo duro de los demás y que se lleva una parte mayor del dinero de la prima o del premio por las ventas, aunque no haya hecho nada para ganarlo.
- Un empleado que se toma lujosas vacaciones a expensas de su empleador alegando que las vacaciones son viajes de negocios, incluso cuando realmente no lo son.
- Una persona que se inscribe en las prestaciones del gobierno, como los cupones de alimentos, que no merece y que no ha ganado, y que luego vende los cupones de alimentos en eBay para obtener dinero en efectivo.
- Una persona que roba los adornos de Navidad que ha puesto su vecino porque los quiere pero no quiere comprarlos para sí mismo.
- Una persona que se lleva a casa ordenadores y suministros del trabajo porque quiere tenerlos para él, aunque no se supone que lo haga y su comportamiento significa que otros no pueden usar el ordenador o los suministros.
- Una persona que ve a una persona hambrienta y le quita el pan de las manos para comérselo él mismo, aunque tenga suficiente dinero para comprar su propia comida.
- Una persona que se niega a pagar los impuestos sobre la renta que está obligada a pagar por ley porque quiere quedarse con más dinero del que ha ganado para sí misma, a pesar del coste que supone para toda la sociedad.
Todos estos son ejemplos de comportamiento codicioso. Cualquier decisión de tomar de otros o de enriquecerse a costa de otros es un ejemplo de codicia y es algo que debe evitarse a toda costa.